“Todo está bien, todo está bien, todo está bien…” dice la letra de El eterno aspirante, pero sin duda podría estar mejor, porque “15”, el último trabajo de Los Cinco de Murcia, es sin duda la constatación de que Second están llamados a ser más grandes. No hace falta sino escuchar El eterno aspirante (el único tema nuevo del disco) para darnos cuenta de la gran madurez como letrista de la mejor voz del pop español. Sean Frutos está tocado por la varita mágica de la inspiración más arrebatadora (“Viene la estación de los delfines,/ danzan sin cuartel en superficie./ Voz subliminal es el lenguaje tan suave…”), y en El eterno aspirante nos regala una letra enigmática, envolvente y única que transforma una gran canción en esencial (“Esta es la ocasión del eterno aspirante/ así que ya lo tienes,/ ya lo sabes”).
Tras escuchar esta canción, podemos estar esperanzados a la hora de ver por dónde van a ir los nuevos sonidos de Second, porque sin duda, prometen altas dosis de la mejor música posible (“Esto es un vagón de algún circo ambulante,/ así que no desprecies,/ prueba antes”). Y no se nos ocurre mejor definición que ésta, para inmortalizar el aura que posee el grupo fuera y dentro del escenario, pues una y otra vez, su sencillez y cercanía en el trato directo, y su fuerza y contundencia sobre el escenario, nos invitan a seguir probando concierto tras concierto, y lejos de despreciar su música, nos sentimos como uno más de los componentes de ese circo ambulante que día a día va teniendo más vagones cargados de fieles seguidores.
Poderosos, enérgicos y electrizantes, Second atraviesan el panel de las sombras para situarse en la realidad más brillante, donde permanecen recubiertos por el halo de los elegidos, y ahí permanecen y se deslizan, emitiendo destellos con los que iluminan a todos aquellos que se paran a escucharles para de una forma natural y nada forzada llegar a lo más profundo de sus capacidades sensoriales. Ese viaje directo e infinito es el que convierte cada uno de sus conciertos en un Rincón Exquisito, donde como el Eterno Aspirante nos demuestran una y otra vez que no son Demasiado Soñadores sino todo lo contrario, y que les da igual tener Más Suerte o quedar A las 10, porque ellos permanecen fijos Behind the pose en Different Levels desde los que disfrutar de Watching the Moon antes de convertirse en Invisible’s, para como Oscar Wilde delante de un espejo, preguntarse si son suficientemente Autodestructivos sin necesitad de entonar un Muérdeme más Psicopático que se convierta en una gigantesca rueda rodante para proponerles a sus seguidores un Rodamos colectivo con el que marchar de la mano por la senda de la vida.
¡Viva la música!
Reseña de Ángel Silvelo Gabriel.
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