Arropada tras unas bases que
tienen el poder de crear la energía que rompe los maleficios de la vida diaria,
Javiera
Mena convierte las notas y melodías que canta en una fiesta colorista
donde se nos ofrece una nueva versión del futuro, pero ¿acaso hay futuro? Un
mensaje que nos proponen desde otra era, y como contrapunto al de los Sex
Pistols, que hace años nos recordaban una y otra vez justo lo contrario:
no future, no future... Anclada en
los ritmos sensoriales que crean esas ganas incontroladas de salir a bailar, Javiera
Mena y sus cajas de ritmo suben y suben hasta un cielo desde el que se divisa
un edén sonoro a modo de fiesta infinita. Este viaje en el tiempo es algo que,
a veces, la música consigue con una facilidad pasmosa: «hay algo en tus
reflexiones me llevan a otro lado.../ es algo de otra era/ sacado de otra era/ otra
era mental». Y ahí es donde se queda este tema, Otra era, en una
contracción de los sentidos que nos invita a algo más, quizá a disfrutar de ese
amanecer que tantas veces solo soñamos y que no acabamos de creernos cuando lo
vivimos. Esa necesidad de romper las cadenas que nos atan se alían a la
perfección con los ritmos de esta canción que suena en cuarta dimensión, como
nos recuerda su intérprete, y nos lleva a ese edén que nos conformamos con
soñar.
Esta compilación de espasmos
sensoriales forman el grueso de la propuesta de esta chilena que ha perdido el miedo
a definirse tal y como es: Una artista del siglo XXI que escala las cimas del tecno
pop para resplandecer cual reina del pop trance más atrevido, divertido y
hedonista, capaz de competir, con su sonrisa, sus gafas de cartón y sus
melodías, con los sintetizadores, siempre cool, de unos avezados Pet
Shop Boys, sin duda, los reyes de la música hedonista por antonomasia.
Sin embargo, el placer que nos muestra Javiera Mena es más soleado, pues
sus notas musicales se deslizan como si fueran una moto acuática que nos desplaza
por todas las formas posibles del placer, donde su engaste es la mejor
metamorfosis de los sueños hechos realidad: «Piensa en mí como soy/ piensa
lejos de ti/ piensa en lejos de mí/ es la cuarta dimensión».
Ángel Silvelo Gabriel.
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