IGLOO estrenan el vídeo de "Todos los días amanece", realizado por Víctor y Jairo Moreno y el equipo de LíaFilms. "Todos los días amanece" es uno de los temas incluidos en "El conjunto vacío", el disco que Igloo siguen presentando en las siguientes fechas:
7 de febrero: Melide (Pub Gatos)
11 de febrero: Madrid (Costello Club)
13 de febrero: La Roda (Sala El Ocho)
14 de febrero: Albacete (Pussy Wagon)
15 de febrero: Murcia (Sala B)
7 de marzo: Vilagarcía (Sala Samá Samá)
8 de marzo: Vigo (El Ensanche)
7 de abril: Madrid (Conciertos de Radio 3)
3 de mayo: Baiona (Sala Marrucho)
IGLOO, 04. EL CONJUNTO VACÍO: LA
ANGUSTIA EXISTENCIAL QUE NO ES CAPAZ DE DETENER EL TIEMPO ANTES DE CAER AL
VACÍO
Un niño todavía es capaz de jugar
con las manecillas del reloj y hacerlas retroceder por las horas que ya habían
marcado, pero un adulto ya no puede engañar a sus sentimientos de una forma tan
sencilla. Vivir aparcado en el pasado es una tarea tan imposible como detener
el tiempo (la reina de las entelequias de los imposibles), ¿pero acaso no es
también imposible disfrutar del amor y nos pasamos la vida reivindicándolo? Jugar
a hacerse preguntas es un entretenimiento demasiado arriesgado, porque en sí
mismo representa la posibilidad de no llegar a encontrar respuestas que nos
ayuden a seguir viviendo día a día. De ahí, que Beni Ferreiro rasgue nuestros
zaheridos ropajes que, hartos de cubrirnos, se desploman a nuestros pies para
dejarnos desnudos de cuerpo y alma. El conjunto vacío es un viaje de no
retorno que nos crucifica en las encrucijadas del destino, y cual guillotina
que nos aguarda en cada esquina, nos hace comenzar desde cero una y otra vez.
La imposibilidad del conjunto vacío en nuestras vidas es la certeza que nos
atenaza cuando somos conscientes que no podemos volver a empezar de cero,
porque somos víctimas de nuestros recuerdos. Sin embargo, el espacio en blanco
que puebla el olvido, aún se muestra lejano y esquivo para las mentes más
jóvenes que, hoy más que nunca, sueñan con un mundo mejor; un mundo en el que
el talento tenga su recompensa, y donde el amor nos ayude a disfrutar de una
tregua, tan sólo una… que nos invite, esta vez sí, a empezar de nuevo.
Igloo nos disecciona el mundo en
este conjunto vacío de la forma en la que sólo lo haría una mente inquieta que
quiere saber por qué. La apuesta musical básicamente es la misma, guitarras que
rugen y arañan el poso de nuestros recuerdos más oscuros y los ilumina cual
rayo que se abre camino en la espesura de una densa selva. La limpieza de un
sonido, oscurecido por la realidad más áspera y nada virtual que les está
tocando vivir, ya se hace fuerte en el tema que abre el disco La máquina de fabricar relámpagos, pues
es un latigazo directo a la piel desnuda: “dispuestos
a ser sinceros que vuelen cabezas y miembros”. Una línea argumental que se
reproduce también en Han solo,
canción elegida como primer single, y tema que mejor ensambla con la pureza de
unas guitarras que, en su anterior trabajo Infinito 3, eran sencillamente
mágicas, lo que no quiere decir que en este El conjunto vacío no
ocurra, pero Igloo, conscientes del paso del tiempo, han vertido un reflejo
de madurez sobre su música para plasmarla de una forma menos inocente. Todos los días amanece es la muestra de
que los sueños no siempre son ecuaciones sin resolver, y una canción, donde la
sensibilidad que Igloo es capaz de expresar es digna de admiración, pues los
ecos de las guitarras son capaces de romperte el corazón por muy endurecido que
lo tengas; sin duda, un medio tiempo majestuoso y casi sublime “todas las cosas que ya no vivirás…/ te has
dejado el estómago en un punto de inflexión, empieza de cero”. Algo
parecido sucede con Sinatra, pero en
versión más rítmica y con un estribillo para los anales de la música indie
española: “como en aquel disco de
Sinatra/ el otoño anuda tu garganta”. Sinatra
es una canción llamada a ser el próximo single del disco por su prontitud y el acierto
que nos muestra a la hora de expresar que la esperanza todavía es posible.
Halloween vs Samaín está teñida de sonidos pregrabados con un
calado futurista cacofónico que nos retrotrae a imágenes que ya hemos visto en
el cine en Blade runner, pues quizá sea el tema menos Igloo del disco por su
mezcla de intenciones. Un bucle sonoro que no se aclara en Todo, y que incide en un sonido a lo Aviador Dro de cariz más
metálico y que nos lleva a pisar terrenos intergalácticos. Un espacio de
pruebas que nos lleva a Canción para el
fin del mundo, toda una declaración de intenciones y ajuste de cuentas
inter-generacional: “si en verdad se
acaba el mundo lo esperaremos desnudos”, y que perfectamente se funde con EX, un término que ensalza el carácter
etéreo en la búsqueda de un sonido mucho más cercano al brit pop. EX lo es todo y nada a la vez, como
mejor forma de expresar un estado de ánimo. Ecuación más que acertada que nos
lleva a resolver la incógnita que se nos plantea con Mi gran evasión, una canción en la que los sonidos se vuelven más
sucios, pero no menos intrépidos y teñidos por una urgencia se impone y que nos
devuelve a los más auténticos Igloo en HADA, pues de nuevo reconocemos ese gusto por las melodías en las
que se suceden los ecos pretéritos y futuros de unas guitarras contundentes.
En definitiva, Igloo
04, El conjunto vacío es una muestra sobresaliente más de los tiempos
que vivimos, donde los artista jóvenes expresan esa angustia existencial que no
es capaz de detener el tiempo antes de caer al vacío.
Ángel Silvelo Gabriel.
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